Pero en Quenya se las utilizaba para rd y ld.

Se solidarizó con los trabajadores de la empresa LD, de capital coreano.

Y LD adivinó que también Moody lo había sabido desde el principio.

LD: Los saludo entonces, les agradezco que se hayan preocupado por mí.

LD: De veras, es algo de lo que no me puedo olvidar.

LD: Son infinitas, hay un montón de bandas en toda la región.

LD: Tenés razón, está mal esto... pero solamente vos me podés ayudar.

LD: María Esther... yo no puedo dejar que esa mujer siga adelante.

LD: ¿Por qué no te gusta mi mirada?, ¿qué tiene mi mirada?

LD: No sé... ¿Nunca le pegaste a nadie, o lastimaste a nadie?

LD se pasó una mano por el pelo, miró a su interlocutor.

Gracias a los blogueros y lectores de LD por su comprensión.

LD: Mis problemas le molestaban, nada más, a todo me decía que sí.

LD: En fin... todo esto tiene que ver con su presencia hoy aquí.

LD: Me parece que es interesante explorar cómo alguien puede manejar algo así.

El nombre de LD y el de la presunta víctima de sus designios.